HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Los Libros de Mercado y Adán Augusto
Acaso porque podría ser castigado con un destierro suave, de esos que llaman embajadas —ponerlo ayer tras vallas metálicas es «mal sin daño», como dicta la politología de aula—, el senador Adán Augusto López siguió el partido de futbol entre Barcelona [1] y París Saint Germain [2], el miércoles 1.
Cuando fue sorprendido con su dispositivo portátil en las piernas disfrutando el juego de estrategias entre Flick y Luis Enrique, además de tres aparatos telefónicos inteligentes conectados y una botella de agua gasificada francesa Perrier, López Hernández tenía encima de su escaño la crónica-novela periodística-jurídica de Saviano, Los valientes están solos —592 páginas, 495 pesos—, que relata la operación de organizaciones criminales y el asesinato del juez Falcone, víctima de la Cosa Nostra. Un libro que narra sobre mafias, criminales, violencia, muerte y justicia.
Un día antes, en Cuernavaca, separados también por una valla metálica que marcó además un distanciamiento político, el cenador Víctor el Güero es… Mercado dio un abrazo apretado a la presidenta Sheinbaum, como de amigos de años, y pidió le dedicara el libro Claudia Sheinbaum: presidenta —192 páginas que no va a leer y 199 pesos que sí gastó—. Abrió Mercado el libro y le ofreció una pluma. —¿Cómo te llamas?. «Víctor Mercado».
Si Sheinbaum preguntó el nombre del atrevido hombre, entonces no son amigos, aunque haya puesto «Con todo cariño», como lo hace con frecuencia. La dedicatoria, el agandalle del abrazo apretado y la foto, pinta a Mercado como es: oportunista y aprovechado. Tanto que, contra la línea presidencial, votó a favor de la retroactividad de la Ley de Amparo, por seguir instrucciones de su amigo —él sí— Adán Augusto, el lector del libro de mafias y violencia. Víctor Mercado está utilizando ese momento con la presidenta para realizar actos de vulgar propaganda de electorerismo.
Ayer dio trato de apestado político la presidenta Sheinbaum al embajador López, poniéndolo atrás de las vallas metálicas que sirven, además, para marcar distancia política y personal. El claudismo puro y duro no olvida que, apenas en marco último, Andrés Manuel chico, Monreal, Adán Augusto, Luisa María y el otro amigo de Mercado, Alejandro Esquer, ignoraron a la presidenta, dándole la espalda. El cenador Mercado no sabe que las puertas de Palacio Nacional se abren y se cierran por dentro…
letraschiquitas
El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, avaló el uso de cohetes para conmemorar a san Francisco, el santo de los animales [que no piensan]. Debía saber el también presidente del Episcopado Mexicano que esos juguetitos católicos, lanzados por otros animales [que sí piensan], causan mucho daño a la salud mental de ancianos y animales***. Si es el inicio de la cacería de corruptos, la vinculación a proceso de un funcionario menor de la Contraloría del cuauhtemato, cuya titular América Jiménez adquirió «fuero» al ser premiada por Cuauhtémoc Blanco con una jugosa plaza laboral en San Lázaro, por los servicios de limpieza de actos de corrupción, está bien. Si la persecución del zar anticorrupción Leonel Díaz es cosmética, está mal***. Sí, no sólo Adán Augusto recibió trato de apestado político al ser enviado detrás de vallas metálicas que se asemejan a rejas de crujía ayer, en Plaza de la Constitución, sino Luisa Alcalde, Andrés Manuel chico, Ricardo Monreal y Alejandro Esquer. «El fresa soy yo», dijo López Obrador para advertir del temperamento de Claudia Sheinbaum.