Pablo Gato
Llegó en un misterioso sobre.
Los documentos recorrieron miles de kilómetros.
Es el archivo secreto de un piloto de combate soviético que peleó durante la Segunda Guerra Mundial contra el ejército nazi.
Participo en muchas batallas.
Llegó a ser comisario político de la Unión Soviética.
No se supone que estos documentos secretos vieran nunca la luz más allá de los cuarteles de la KGB, pero la caprichosa vida los llevó hasta mí, como si quisieran que su historia fuera contada.
Más de sesenta hojas de información altamente secreta que se extiende durante décadas. Operaciones, vida, relaciones, fuentes, métodos, reuniones políticas al más nivel. Informes de todo tipo y sobre todo tipo de personas, incluidos presidentes. Incluso contiene mapas.
¿De qué? ¿Por qué?
Este oficial cuyo nombre real no voy a compartir por el momento tuvo una vida intensa en un momento histórico: la lucha contra el Tercer Reich. 28 millones de sus compatriotas murieron en esa lucha.
La labor de este militar fue tan peligrosa y exitosa que hay varias recomendaciones por parte de altos mandos de las entonces fuerzas armadas soviéticas.
Entre ellos, un general también de aviación cuya identidad tampoco voy a revelar que fue galardonado con la medalla de Héroe de la Unión Soviética, así como la Orden de Lenin, por su defensa de la Unión Soviética durante la invasión nazi.
Pero aquí viene quizás lo más interesante para mí.
Este general también fue galardonado por su combate en la guerra civil española. Peleó como aviador y acabó siendo comandante de un escuadrón. Lucho en la Fuerza Aérea Republicana en los frentes de Madrid, de Aragón y en el frente norte y central. Fue el responsable de derribar 16 aviones del bando de Franco.
Tras la guerra, regresó a la URSS y peleó contra los nazis.
El testimonio de este militar sobre lo ocurrido en España no tiene precio, como tampoco lo tiene la evaluación y comentarios que hace de la persona en la que se centra este archivo.
En su momento era de máximo secreto, pero aún hoy en día podría haber información delicada que raramente ve la luz pública, por no hablar del valor histórico que tienen estos testimonios.
El tesoro en el trastero ya se queda corto para describir unos documentos que vinieron de un lugar donde hace mucho frío en invierno y que aún está lleno de secretos.
Aún me resulta difícil de creer que estos documentos tan confidenciales estén en poder de un civil.
Sin duda una historia apasionante de espionaje.
Solo conozco otra que puede superarla y pronto, esta vez sí, sabrán de ella.