Pablo Gato
El gobierno reunió a todos sus generales y almirantes de mayor rango dispersos en el mundo.
El encuentro fue en Virginia.
Los aproximadamente 900 militares escucharon al secretario de Defensa y a Trump, pero hubo un silencio sepulcral tras sus intervenciones.
No aplaudieron.
El propio Trump dijo que jamás había entrado a un lugar con tanto silencio. Les dijo que si no les gustaba lo que les estaba diciendo o diría, podían levantar e irse, pero les amenazo con acabar con sus carreras si lo hacían.
Sin embargo, los militares permanecieron en silencio, sin aplaudirle.
El discurso de Trump fue muy partidista e incluso dijo que los militares podrían usar las ciudades americanas para “campos de entrenamiento” con manifestantes y califico a los manifestantes contra sus políticas de “enemigos internos”.
Estos militares históricamente han jurado lealtad a la constitución no a un presidente en concreto.
El silencio atronador fue su respuesta.
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