Eduardo Sadot
De ninguna manera fue día de fiesta, el ignorante colectivo sin conocimientos ni reflexión, ése acostumbrado a seguir a la borregada con el viejo lema de “A dónde vas Vicente, a donde va la gente” no sabe que la fecha hace visible las injusticias y crímenes contra la mujer. Desde 1911 las mujeres comunistas de Copenhague pero antes en EEUU desde 1848 un grupo de mujeres censuradas por hablar en una convención contra la esclavitud, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott convocaron a cientos de personas a la primera convención nacional por los derechos de las mujeres. Un antecedente memorable es 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Hubo 123 mujeres y 23 hombres muertos. La mayoría eran jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años.
La fuerza y cantidad de mujeres pondría a temblar a cualquiera, su organización y solidaridad debe hacer reflexionar a todos sobre la necesidad de protegerlas, es inadmisible que ninguna mujer se sienta segura en México, todas diariamente en algún momento del día, sienten amenazada su integridad, temen ser violadas y a veces no se sienten seguras ni en sus casas estand solas, todas sin excepción saben que en cualquier momento pueden violentar sus hogares para ser violadas y, no importa condición económica, edad, atributos físicos o ausencia de ellos, todas viven en una constante zozobra y miedo de ser víctimas.
El temor de sufrir robo, agresión o violación se recrudece en las mujeres, es por eso que llaman nuestra atención, si es verdad que somos algunos quienes nos resistimos a ver la destrucción de edificios y monumentos, pero es la manera más dramática de llamar nuestra atención – podríamos decir que sí, sí, ya nos dimos cuenta, cuando han dañado monumentos – que entendimos y que no nos lo recuerden, y que ya basta de manifestaciones violentas y daños patrimoniales sobre emblemas culturales, pero de inmediato nos obliga a pensar, sí ¿ya basta? Pero las agresiones y feminicidios continúan, entonces no basta con que lo sepamos y mientras haya una sola mujer agredida la manifestación no cesa, los edificios y monumentos emblemáticos dañados no cesarán tampoco.
Ahora que es tan fácil tener aplicaciones que nos avisan por los celulares de un temblor en gestación, que esperamos para que haya también una aplicación donde estemos todos, hombres y mujeres, que nos alerten cuando una mujer está siendo violentada y que hombres y mujeres cercanos acudamos en su ayuda, no es difícil y sería un buen principio solidario, quizá bajo el titulo o nombre de la aplicación “yo te defiendo no estás sola” comenzaríamos por hacer algo efectivo en defensa de mujeres violentadas.
Tal vez con mayor interés se podría extender para defensa de niños o ancianos y de la población en general, ahí está la propuesta a ver quien la toma, porque es evidente que las “reuniones de madrugada” de seguridad sirven para dos cosas, para nada y para una … el famoso rancho de Palenque.
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